Heroínas de Tango Mar

 

¿Qué es trabajar en Tango Mar? Pueeees… imagínese tener el sonido del mar en la oficina, oír los monos y las loras en las palmeras al frente, de vez en cuando ver jugar las ballenas en el océano, y con todo eso… el fuerte calor temperado por una deliciosa brisa.

Además, tenemos la dicha de dar la bienvenida a personas que, casi sin excepción, están felices de llegar y con la esperanza de pasar unas vacaciones excepcionales. Vemos sonrisas y felicidad, y no es para menos…

Uno pensaría que, al vivir o trabajar aquí, se olvida un poco del mundo ‘afuera’, pero es lejos de eso. Si han venido a Tango Mar, es posible que quien le dio la bienvenida con una sonrisa cálida fue Cindy, o que su factura al final haya sido revisada por Yansy en contabilidad. Ambas trabajan en Tango Mar, pero también son unas activas bomberos forestales voluntarias de Sinac.

Este verano, cuando Canadá estaba azotado por incendios forestales al punto de necesitar ayuda internacional para apagar el fuego, Yansy y Cindy dejaron trabajo y hogar, se pusieron las botas y se apuntaron junto con otros 41 voluntarios escogidos por Sinac entre sus bomberos forestales activos.

“Me motiva la conservación de los bosques, para que las futuras generaciones puedan disfrutar de todo lo que los bosques en sus diferentes ecosistemas nos brindan y nosotros disfrutamos”, aclara Cindy.

 En el caso de Yansy, el salto hacia lo desconocido fue enorme: lo más lejos que había estado hasta entonces fue la capital San José, pero alentada por sus hijas, hizo maletas. “Todo fue diferente…el idioma, el país, el clima…fue como llegar en otro mundo”, recuerda.

Ambas jóvenes coinciden en que lo que más les impresionó fue el énfasis en la seguridad de las personas que tienen sus colegas canadienses. “No hacen ningún trabajo apresurado, que primero tienen un plan de acción con énfasis siempre en la seguridad de todos”, explica Cindy.

Ahora, de vuelto a la normalidad, recuerdan sobre todo que fue una gran experiencia. “Siento unas gracias infinitas por la gran oportunidad que tuve, una experiencia maravillosa con un gran aprendizaje.”, dice Cindy.

Yansy resalta también la bonita acogida que recibieron, e igual que Cindy, aunque después del primer mes ya regresaron por otro despliegue, si le vuelven a preguntar, vuelve a ir, dice con convicción. Y riendo agrega “bueno, si mi esposo y en el trabajo me dan permiso”.

Con el tiempo, el recuerdo de estos duros días queda un poco atrás, pero la satisfacción de haber hecho una extraordinaria labor queda. Y también, nuestro respeto y admiración por nuestras heroínas.