El sol se luce

Es mágico despertar en Tango Mar y ver el sol asomarse con un suave reflejo dorado en las palmas frente a la ventana. Oír el golpeo de las olas. Salir a la playa desierta y ver un pájaro solitario volar justo encima del agua, en busca de un pez descuidado para su desayuno. Pensar en nada más que en el privilegio de estar ahí, como si el mundo fuera tuyo.

En Tango Mar damos la milla extra para que tu estadía con nosotros sea inolvidable. Nuestro personal se esfuerza para que te sientas realmente de vacaciones, y en la cocina te preparamos los platillos con los mejores ingredientes…y con mucho amor.

Sin embargo, la experiencia más especial aquí, no te la podemos vender u organizar. Te la regalamos: el disfrute del amanecer a un lado y el atardecer al otro lado de la playa. La sensación de paz al escuchar el sonido de las olas.

Lo que sí podemos venderte es un delicioso café antes del desayuno para que lo disfrutes en la terraza y cierres los ojos, mientras que los pajaritos en los árboles se van despertando y alistando para iniciar su concierto diario, y poco a poco van llenando el día de vida y alegría.

Podemos organizar tu día con actividades para todas las edades y condiciones, para que nunca olvides tus vacaciones con nosotros.

Y para que estés de regreso para la hora dorada, cuando el sol se va escondiendo detrás de la montaña, en un espectáculo de colores de fuego que poco a poco se van apagando para dejar pasar la noche.

Si tienes suerte y el cielo está sin nubes, es posible ver miles de estrellas encima del mar. Y luego, poco a poco, los ruidos del día se desvanecen de nuevo para que te duermes con ningún otro sonido que, de nuevo, el golpeo de las olas.

La bella Lapa Roja

La lapa roja, ara macao o guacamayo – ya solo el nombre suena como un baile latino – con sus espléndidos colores, su bullicioso parloteo y su elegante vuelo habla mucho a la imaginación. Y no sólo a la nuestra…

Para los aztecas, este ave estaba relacionado con el sol, y las plumas muy buscadas para los elaborados plumarios.

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A ver ballenas!

Hablar de ballenas es hablar en superlativos: adultos, estos animales pueden medir hasta 15 metros y fácilmente llegan a pesar unas impresionantes 30 toneladas.

Las ballenas que se ven en las aguas costarricenses son ballenas jorobadas. Tienen su nombre por la ‘joroba’ que tienen en la espalda y que se ve bien cuando van a sumergirse. A menudo lo primero que vemos es el chorro de agua que se produce cuando exhalan. Puede llegar a tener tres metros de altura, y delata bien la presencia del animal.

Las jorobadas son las más gimnastas de todas, por las vueltas que dan…sus altos saltos las hacen salir a veces totalmente del agua, lanzándose a lo alto y girando para caer de espaldas. Son todo un espectáculo. Se acostumbraron ya a los barquitos de turistas que buscan verlas, y llegan a jugar muy cerca a veces.

Son conocidos también por sus canciones, sobre todo los machos. Éstas pueden ser escuchadas hasta a una distancia de 20 km, y se sabe de casos donde cantan durante todo un día.

Uno pensaría que con lo grandes que son, también lo que comen será grande… pues no… abren
la boca para dejar que entren miles de litros de agua. Luego, con la lengua sacan el agua y adentro queda lo que realmente quiere comer: krill, plancton y peces pequeños.

Como los seres humanos, las ballenas son mamíferos. A partir de los 5 años, cada dos o tres años las hembras suelen tener una cría, que pesa casi una tonelada al nacer. El embarazo dura 11 meses, y amamantan durante 6 meses. Apenas nacido, el ballenato tiene que aprender a nadar. Lo hace guiado por la mamá, quien se queda cerca en este periodo. En general, las ballenas llegan a tener unos 50 años.

A mediados del siglo pasado, las ballenas fueron inscritas en la lista de los especies en peligro de extinción. No obstante, muchos países prohibieron su caza, lo cual permitió que su cantidad aumentó nuevamente y en 2008 se decidió sacarlas de nuevo de esa lista.

Hoy en día, en muchos países, entre ellos Costa Rica, es una gran atracción turística el avistamiento de ballenas.

No obstante, como las ballenas migran, no siempre se les puede ver. En sus viajes de la Antártida a Alaska o viceversa, las mejores temporadas para verlas en nuestro país son de agosto a inicios de noviembre y de enero a abril.
Un volado: ¿quiere saber si tiene una amiga gigante que lo vuelve a buscar, o si la que ve es cada vez una ballena diferente? Busque el patrón de la aleta de la cola, porque es diferente para cada ballena jorobada.

Referencias:

https://www.britannica.com/animal/baleen-whale

https://nl.wikipedia.org/wiki/Bultrug

https://www.adobecar.com/explore-costa-rica/temporada-de-avistamiento-de-ballenas-en-costa-rica/

https://oceanwide-expeditions.com/es/destacados/vida-silvestre/ballena-jorobada

https://www.costaricadiveandsurf.com/humpback-whales-migration/